viernes, julio 14, 2006

¿Gobierno ciudadano?

El amanecer del miércoles recién pasado parecía que todo estaba en orden. Ese orden que nos gusta a los chilenos. el orden de la palabra de mando, de las autoridades que prometen dar y distribuir control y tranquilidad.
El equipo gubernamental mayor en las oficinas de ONEMI, caminando de una esquina a otra. Alguna mirada perdida buscando las camaras de TV que se encuentran lejos, en otra oficina. Sonrisas, todo controlado, todo. Al fin, el equipo de autoridades se ha puesto a la vanguardia de los hechos. Ya no tendrán que reaccionar frente a la realidad, como ha sido en las últimas décadas.
Pero la ilusión dura poco. Las noticias comenzaron a narrar la catastrofe, la tragedia, la desgracia. Chile se hace agua de nuevo y ninguna previsión ha resultado ... excepto aquella que cuida de los intereses materiales de los agentes de poder.
Las horas se suceden y la muerte se enseñorea en el rating durante todo el día y los días sucesivos. Las palabras de control y orden se entrecruzan con los lamentos, los inmensos dolores de los "comunes" y los gritos de rabia de las vecindades violentadas de tanta transformación territorial desregulada.
El relato justificatorio, explicatorio de los últimos días, nos indica del accionar decidido de proceres bien vestidos, poco mojados, muy bien hablados. Las cifras se suceden, los comentarios se multiplican, las "perfomances en terreno" son celebradas por los periodistas cansados de tantas lágrimas a su alrededor. Las noticias necrófilas son un buen producto de mercado pero puede hastiar hasta el más animal.
Las palabras vuelven a su curso todopoderoso pero, en nuestra frágil memoria quedan historias de irresponsabilidad, de exclusión y marginación. Muchas personas, familias y comunidades de nuestro país han sido inundadas en sus dignidades ciudadanas. Muchas de estas tragedias podían haberse evitado desde la perspectiva de Estado. Muchas de estas penas que afectan al alma podrían no haber ocurrido. Mucho de estos pensamientos/sentimientos no habrían sido pensados.

A los HEROES de Chiguayante.

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