viernes, abril 25, 2008

el grito silencioso de los jóvenes

Hace más de una semana que no tengo clases. Los estudiantes universitarios están en paro. Alegan sobre la TNE, sobre la ideología neoliberal instalada en la gestión económica y política de la educación, sobre las irregularidades que se muestran en sus centros de estudios, sobre la indefinición de futuros posibles en el sistema de educación superior para las mayorías. Hoy, decidirán si siguen indefinidamente. Esto significa que trabajaremos en vacaciones. Vaya año que nos toca.
Por otro lado, en forma intermitente, los estudiantes secundarios han estado realizando en las últimas semanas, "paros silenciosos", una modalidad ingeniosa. Es un silencio interesante que se vuelca hacia nosotros, como un espejo que muestra el deterioro en el que estamos. Excepto, por supuesto, ayer jueves, en la cual se han mostrado por varias horas, "violando" la paz pública, reprimidos y detenidos. De parte de "funcionarios" e "intelectuales", recomienzan los cálculos y las probabilidades para la mantención del status quo: movilización + represión = 0.
En otro orden, manadas de jóvenes pululan por las calles, de día y de noche, transitando entre sus centros educativos, plazas, picadas para beber y drogarse. Cada cierto tiempo intentan comunicarse con otros, las más de las veces, rechazados por su falta de higiene, sus voces procaces, sus gestos indescifrables en el código alfabético. Con sus agrupaciones, movimientos, ademanes, desenfados y "ponceos", se muestran como amenaza a nuestras falsas tranquilidades.
Los adultos, como se acostumbra hoy por hoy, "en otra". Sobreviviendo en las "instituciones para las necesidades de la vida" (Nietzsche); buscando angustiosamente anclas para sus débiles presupuestos; obnubilados por la "identidad adolescente"; paranoicos con "la idea" de la seguridad; armando y desarmando ansiosamente tribus, pandillas, mafias y sectas como "sucedáneo" a la "comunidad pérdida".

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